El Sexting: qué es y qué riesgos conlleva

qué es sexting

La práctica del «sexting» ha aumentado en los últimos años, especialmente entre los jóvenes menores de 18 años, tanto desde el punto de vista de quién envía este material de contenido sexual como desde el que lo recibe.

No se trata de una práctica exclusiva entre los más jóvenes, pero la infancia y la adolescencia son considerados los grupos más vulnerables, especialmente las edades comprendidas entre los 10-12 años.

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¿Qué es el sexting?

Su nombre es un acrónimo de ‘sex’ o sexo y ‘texting’ o escribir mensajes.

Se refiere al envío de contenido erótico o sexual de carácter personal a través del teléfono móvil mediante el uso de mensajería instantánea o redes sociales, correos electrónicos o cualquier otro tipo de herramienta de comunicación de la que se disponga.

El término se usó por primera vez en 2005 y es algo similar a la evolución natural del intercambio de mensajes sexuales, junto al desarrollo de las propias tecnologías. Por ejemplo, la posibilidad de mandar notas de voz a través de los smartphones.

¿Para qué sirve el sexting?

Eso depende de cada uno y de lo que se pretenda obtener.

Unas veces formará parte de un juego previo de seducción y en otras ocasiones será producto de la confianza entre los involucrados. Todo dependerá del contexto en el que se envíen este tipo de mensajes y las intenciones que tenga cada uno de los participantes.

Lo habitual es que se realice de manera íntima entre dos personas, aunque se corre el peligro de que ese contenido pueda llegar a muchas otras si esta intimidad se vulnera, lo que desgraciadamente suele ser bastante habitual.

A pesar de que a día de hoy sea una práctica bastante común para «subir la temperatura» después de, por ejemplo, conocer a alguien en alguna de las distintas aplicaciones de contactos, o bien para «aumentar la chispa» en pareja y escapar de la rutina, el peligro que conlleva le ha generado mala fama.

¿Es el sexting un delito?

No es un delito en sí mismo, sino su mal uso.

El problema surge cuando, después de haber estado en una relación en la que se ha practicado el sexting, algunas personas deciden recurrir a la sextorsión por despecho, por dañar a la otra persona o simplemente porque esa había sido su intención desde un principio.

El mal uso del sexting puede desencadenar en delitos virtuales como: ciberacoso, stalking – espiar o vigilar a alguien, especialmente a través de las redes sociales – y grooming – práctica consistente en establecer lazos de amistad con un niño o niña, de manera deliberada por parte de un adulto -, donde la información y la educación sexual es un factor especialmente importante.

Pero el mal uso digital no es algo que afecte únicamente a niños o adolescentes, si no que afecta a cualquier edad y la mejor forma de evitarlo es con el uso de menos herramientas de este tipo y con más miedo ante las consecuencias que pueda acarrear exponernos de esa forma.

Los delincuentes se aprovechan de la vergüenza y el sentimiento de culpa para extorsionar a la otra persona y conseguir que realice lo que el «sextorsionador» le pida a cambio de no sacar nada a la luz. Algo de lo que no es aconsejable fiarse, puesto que su palabra no tiene credibilidad.

Tipos de sexting

Existen dos tipos de sexting: activo y pasivo.

El sexting activo consiste en el envío de mensajes explícitos o imágenes comprometidas. Por otra parte, el sexting pasivo consiste en recibir fotografías, vídeos o cualquier otro contenido de índole sexual.

Consejos para una práctica segura

El problema del sexting es que, al enviar material con contenido sexual por Internet, se pierde el control sobre la difusión del mismo y puede volverse viral fácilmente.

En caso de decidir realizarlo, es importante tomar en cuenta los riesgos del sexting y tomar ciertas precauciones:

  • Ser mayor de edad y tener pleno consentimiento mutuo sobre la práctica.
  • No permitir el acceso al teléfono móvil o al ordenador a cualquier persona.
  • Enviar las imágenes solamente a una persona de mucha confianza, jamás a desconocidos.
  • Si envías material de este tipo, asegúrate de que se lo envías al contacto que quieres y no cometes el error de enviárselo a una persona no deseada.
  • Asegúrate que la otra persona borrará dicho material una vez que lo vea.
  • Instala antivirus certificados a tus dispositivos móviles o en el ordenador y mantenlos actualizados para evitar hackeos.
  • Si se recibe una fotografía o vídeo sobre algún conocido, hacérselo saber en caso de que desconozca que se está difundiendo este material. En cualquier caso, se conozca o no la persona, jamás difundir este material.
  • Si recibes material de este tipo en el que aparecen menores, bórralo inmediatamente e informa a las autoridades. Es posible que el emisor original del contenido esté detrás de un delito grave de pornografía infantil.
  • Si te llega contenido de este tipo, nunca lo difundas. Recuerda que puedes estar dañando el derecho al honor e invadiendo la intimidad de esa persona.

El sexting y las redes sociales

Las redes sociales, las amistades virtuales y el cambio de hábitos de comunicación producido en los últimos años por la irrupción en nuestras vidas de las nuevas tecnologías, unido al sentimiento de impunidad que brinda Internet, hace que esta nueva forma delictiva introducida recientemente en nuestro ordenamiento penal esté creciendo de forma preocupante entre nuestra juventud.

En todos los casos la víctima consintió en la grabación o en el envío de imágenes de contenido sexual o íntimo, pero nunca en la posterior difusión de dichos contenidos por parte del destinatario.

Cabe destacar que la mayoría de las redes sociales tienen políticas en contra del uso de sus plataformas para difundir contenido que pueda considerarse delito, ya sea ciberacoso, sextorsión, grooming, stalking, entre otros.

Riesgos del sexting

Es una práctica habitual que se envíen fotografías o vídeos privados entre parejas, pero en caso de que algo salga mal en la relación o ésta llegue a su fin y una de las partes desee publicar el material, las repercusiones podrían ser muy graves para la otra persona involucrada.

Alguno de los riesgos que conlleva esta práctica son:

  • Extorsión: Al ser tan fácil difundir este tipo de mensajes, se abre la puerta a que las personas que reciben este contenido en un momento de intimidad puedan amenazar con reenviarlo a otras a cambio de dinero o de cualquier otro tipo de coacción.
  • Viralización: La difusión de este contenido constituye un delito y son conocidos y numerosos los casos de personas cuyos mensajes privados se difundieron públicamente con consecuencias dramáticas.
  • Edad: La infancia y la adolescencia son los grupos más vulnerables porque muchas veces se introducen en el sexo a través de las redes sociales y se construyen una imagen distorsionada de lo que supone la sexualidad asumiendo riesgos que no son necesarios.
  • Suplantación de identidad: Las redes sociales permiten que se suplante la identidad de otros con bastante facilidad, lo que supone uno de sus principales riesgos, ya que esto permite que información privada pueda ser enviada a desconocidos.

¿Cómo se castiga legalmente el sexting? ¿Qué dice el Código Penal?

El artículo 197.7 del Código Penal recoge esta nueva figura delictiva en los siguientes términos:

“Será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona”.

Como elementos del delito tenemos:

  • Difundir, revelar y ceder fotos, imágenes o cualquier material de contenido íntimo sin autorización de la persona afectada.
  • Dicho contenido debe afectar gravemente la intimidad personal de la persona.
  • Dichos contenidos los ha obtenido el autor con la aprobación de la persona afectada.
  • Son contenidos captados en el domicilio de la víctima o en cualquier lugar donde exista una previsión de intimidad.

Los supuestos típicos de sexting son el reenvío a amigos por WhatsApp u otras redes sociales de fotografías íntimas enviadas de forma consentida por la pareja del autor, o la difusión de imágenes de encuentros ciber-sexuales con la víctima por Skype.

Qué hacer y cómo actuar si eres víctima de Sexting

  • No te asustes e informa a las autoridades pertinentes: Háblalo con alguien de tu confianza para que te acompañe en el proceso de denuncia. Acude a la policía porque los casos de ciberacoso, especialmente los de sextorsión, se toman muy en serio.
  • No accedas al chantaje: Si te chantajean a cambio de dinero, nada te garantiza que no sigas siendo acosado, que tus vídeos o imágenes terminen igualmente en la red, y que además pueda seguir haciéndolo también con otras personas.
  • Elimina cualquier tipo de contacto con tus acosadores: Guarda todas las conversaciones que hayas tenido previamente con tu acosador y finaliza cualquier comunicación, a menos que sea la policía la que te pida seguir manteniendo el contacto para la investigación.
  • Mantente alejado/a de Internet por un tiempo: Bloquea por una temporada tu presencia en la red, bien sea en redes sociales, blogs, páginas de suscripción o cualquier otro perfil que tengas habilitado, ya que les da opción a seguir atacándote.
  • Guarda las pruebas: Aunque pueda ser duro para ti, lo ideal es que tengas tanto las conversaciones como las imágenes o vídeos por los que estás siendo víctima de sextorsión. Si además tienes información sobre la identidad de los criminales, ubicación, perfiles en la red, etc., podrá ser de gran ayuda para solucionar tu caso.

Es importante impulsar estrategias de mediación parental si hablamos de niños y adolescentes y en el caso de los adultos hacer una correcta valoración de las ventajas y los riesgos que entraña esta práctica.

Si quieres compartirnos tu opinión sobre el sexting o quieres plantearnos tus dudas estaremos encantados de leerte en los comentarios.

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